Cómo la pérdida de dientes afecta el hueso de la mandíbula
Cuando pierdes un diente, debes reemplazarlo. Esto se debe a que la pérdida de dientes puede provocar muchos problemas, como cambios en los dientes, cambios en la estructura facial y la pérdida ósea siempre temida. El deterioro del hueso de la mandíbula puede ocurrir dentro de las 6 semanas posteriores a la pérdida de un diente.
Esto ocurre porque las raíces de los dientes ya no estimulan el hueso de la mandíbula a través de la presión que se transmite al masticar.
El ciclo de vida del hueso implica la generación de nuevas células cuando mueren las viejas. Sin embargo, en ausencia de estimulación, la tasa de reemplazo en las células se ralentiza hasta que se detiene por completo, lo que provoca el deterioro óseo.
Con el tiempo, se perderá densidad y fuerza en los huesos de la mandíbula, lo que provocará cambios en la estructura y la apariencia del rostro que pueden causar un envejecimiento prematuro. La pérdida ósea también puede afectar tus articulaciones temporomandibulares, causando TMJ.
Los implantes dentales previenen la pérdida ósea
Los implantes dentales conservan el hueso de la mandíbula existente y previenen la pérdida ósea adicional, pero ¿cómo funcionan? Se implanta un poste de titanio en el hueso de la mandíbula y durante 3 a 6 meses, el hueso crecerá alrededor del implante y se fusionará, a través de un proceso llamado osteointegración.
Esto no solo garantiza que la restauración de su diente sea segura y actúe como un diente real, sino que también restaura la función de la raíz del diente y proporciona estimulación al hueso de la mandíbula cuando mastica, lo que da como resultado la regeneración de las células necesarias para preservar la densidad ósea. Debido a esto, la reabsorción ósea nunca ocurre.
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¿Qué pasa si no tengo suficiente hueso mandibular sano?
Si has esperado demasiado para reemplazar un diente faltante o si nunca has tenido una cantidad adecuada de densidad ósea, eso no significa necesariamente que no puedas recibir implantes dentales. Sin embargo, deberás someterte a un injerto óseo para cumplir con los requisitos como candidato adecuado.
Un injerto óseo reconstruirá la estructura y la fuerza del hueso de la mandíbula para que pueda soportar los implantes dentales. La razón por la cual un hueso de la mandíbula fuerte y saludable es tan crucial para el soporte de los implantes dentales es que puede afectar el proceso de osteointegración.
La densidad ósea inadecuada o el hueso de la mandíbula no saludable pueden evitar que el implante se fusione correctamente con el hueso de la mandíbula y provocar el fracaso del implante. Un hueso de la mandíbula débil o enfermizo también es más susceptible a la destrucción por una enfermedad o trauma de las encías.
¿Qué pasa con otras opciones de restauración?
Los implantes dentales son el único método de restauración dental que puede preservar y prevenir la pérdida adicional de hueso mandibular. Las dentaduras postizas y los puentes dentales no restauran la raíz del diente, por lo que no se proporciona estimulación del hueso de la mandíbula y no hay regeneración celular.
Las dentaduras postizas incluso aceleran la pérdida ósea debido a la presión de las dentaduras postizas sobre las crestas del hueso en el que se colocan. La única excepción es si opta por prótesis dentales implantosoportadas o puentes implantosoportados.
Estos procedimientos implican mantener una dentadura postiza o un puente en su lugar mediante la colocación de una serie de implantes dentales en la boca que mantienen los dientes artificiales en su lugar. Las dentaduras postizas sobre implantes alivian la irritación asociada con las dentaduras postizas tradicionales en las encías.
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